jueves, 7 de junio de 2018

Pildora 1 Unidad 2

Píldora 1

Nuestro yo digital

La actividad que desempeñamos en las redes sociales contribuye en gran medida a la construcción de lo que podríamos llamar el ADN digital. Es un reflejo de cómo somos, qué hacemos día tras día, de qué tipo de gente nos rodeamos, qué pensamos y qué decimos.  
Ya hemos visto que, cuando visitamos páginas o utilizamos servicios on-line, dejamos un rastro de información en forma de cookies que en ocasiones las apps y los navegadores recogen y utilizan para sus propios fines. Si bien hemos de ser conscientes de esto y procurar que no se viole nuestra privacidad, aún debemos ser más responsables con la información que publicamos voluntariamente y que puede tener consecuencias más graves todavía. Algo que debemos tener en cuenta cuando escribimos opiniones y comentarios o subimos fotos y vídeos a internet es que, si nos arrepentimos de haberlo hecho, tal vez sea demasiado tarde para borrarlos.
La falta de experiencia en el manejo de las redes sociales ha jugado malas pasadas a todo tipo de personas, tanto desconocidas como famosas o figuras de autoridad. Muchas celebridades como cantantes y actores han sido ridiculizados públicamente por un simple lapsus, a pesar de haber pedido disculpas. En otras ocasiones, sin embargo, las repercusiones han sido mucho más graves. 
Publicar información personal sin querer, por ejemplo, es un error que debemos evitar a toda costa. La famosa presentadora de televisión Paula Vázquez publicó su número de móvil por error cuando subió el parte de un accidente de tráfico. En apenas unas horas tenía 3.689 llamadas, 1.623 sms, 258 mensajes de voz y 6.384 mensajes de WhatsApp. Por supuesto, tuvo que cambiar de número. Pero peor aún es el caso de algunos usuarios que publicaron fotos de sus tarjetas de crédito para enseñar su diseño personalizado, sin la precaución de ocultar el número.
Una broma, un comentario sarcástico o una muestra de humor negro pueden meternos en serios problemas. Uno de los primeros casos con mucha repercusión en España fue el del director de cine Nacho Vigalondo, que perdió su blog en El País por hacer un comentario sobre el Holocausto en Twitter. Más recientemente, el concejal del Ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata, fue llevado a los tribunales por unos chistes sobre ETA que había publicado en Twitter varios años antes de ocupar un cargo público. 
Paula Vázquez
Nacho Vigalondo
Guillermo Zapata

Con todo, no solo debe preocuparnos lo que publicamos en las redes sociales si somos famosos o queremos hacer una carrera política en el futuro, puesto que muchísimas personas desconocidas han perdido su trabajo por hacer un comentario que se ha considerado racista o desagradable y, lo que es peor, en algunos casos han sufrido una persecución tal que se han visto obligadas a desaparecer del mapa.
Lo importante en estos casos no es reflexionar sobre si estos comentarios eran ofensivos o no, si estaban hechos en clave de humor y no pretendían hacer daño a nadie o si, por el contrario, merecían realmente un castigo. Lo que debemos tener en cuenta es que cualquier cosa que publicamos en internet es susceptible de viralizarse, es decir, de extenderse a una gran cantidad de personas en poco tiempo, pero también es susceptible de ser sacada de contexto. Da igual que fuera parte de una conversación entre amigos, que estuviéramos de broma o que hayamos cambiado de opinión. Si se ha convertido en una bola gigante de nieve, ya no la podremos parar.
Por todo esto, es importante que cuidemos de nuestra reputación on-line, es decir, la valoración que puede hacerse de nosotros a partir de nuestra actividad en internet. Debemos ser conscientes de que cualquiera puede buscar nuestro nombre en Google o localizar nuestros perfiles en redes sociales y hacerse una imagen de nosotros. Esto incluye a profesores, padres de amigos, jefes, compañeros de trabajo y hasta posibles parejas. Asimismo, es necesario que apliquemos nuestra empatía y respetemos la reputación on‑line de otras personas. Seguro que te parece divertido compartir ese vídeo gracioso de alguien haciendo el ridículo pero, ¿qué sentirías si la persona ridiculizada fueras tú?
Noticias con ejemplos de casos de meteduras de pata en las redes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario